Las aguas residuales son las que han sido utilizadas y contaminadas por diversas actividades humanas. Si alguna vez te has preguntado por qué se les llama "aguas negras", esto se debe a su aspecto oscuro, resultado de la mezcla de agua y los desechos que transporta.

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Un dato curioso es que las aguas residuales no solo provienen de nuestros hogares. También incluyen aguas industriales, de lluvia y de infiltración del terreno. Aunque no lo creas, este líquido oscuro y turbio tiene un potencial increíble. A través de un proceso de tratamiento, las aguas residuales pueden convertirse en un recurso valioso. Este agua reciclada puede usarse para riego, enfriamiento en plantas industriales e incluso, con el tratamiento adecuado, puede regresar a ser agua potable.

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A veces, la distinción entre las aguas servidas y las aguas residuales puede ser un poco confusa. Algunos expertos sugieren que las aguas servidas solo provienen de uso doméstico, mientras que las aguas residuales también incluyen el uso industrial. Independientemente de cómo las clasifiquemos, es crucial gestionarlas adecuadamente para proteger nuestra salud y nuestro medio ambiente.

 

Pero, ¿cómo determinamos cuánto ha sido contaminada el agua? En México, utilizamos la Norma Oficial Mexicana de la Secretaría de Salud, que establece varios parámetros para medir el grado de contaminación y establecer el sistema de tratamiento más adecuado.

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Finalmente, ¿alguna vez te has preguntado qué ocurre con las aguas residuales en el espacio? La Estación Espacial Internacional tiene un sistema de tratamiento de agua que recicla el 90% de todas las aguas residuales, ¡incluyendo la orina de los astronautas!

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En resumen, aunque las aguas residuales pueden no ser el tema más agradable, su correcta gestión y tratamiento son esenciales para mantener un entorno saludable y sostenible. ¡Así que, la próxima vez que descargues el inodoro, piensa en el increíble viaje que el agua está a punto de emprender!