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AGUA SALOBRE

Imagina una línea de baile, donde de un lado tienes al agua dulce y del otro al agua salada. Ahora, ¿quién sería esa pareja de baile que se mueve a la perfección entre ambos? ¡Exacto! Sería el agua salobre, una fascinante mezcla de agua dulce y salada que sirve como un puente vital entre los ecosistemas terrestres y marinos.

El agua salobre es aquella que tiene más sales disueltas que el agua dulce, pero menos que el agua de mar. Su salinidad puede variar dependiendo de la proporción de agua de mar y agua dulce en la mezcla. Por lo general, se encuentra en estuarios, deltas, y en algunos acuíferos fósiles. Los estuarios, en particular, son áreas donde los ríos se encuentran con el mar y el agua dulce se mezcla con el agua salada.

 

Ahora, aquí tienes una curiosidad que quizás no esperabas: estos espacios intermedios de agua salobre albergan una biodiversidad única y son esenciales para el ciclo de vida de muchas especies. Algunos peces, como el salmón y la anguila, pasan parte de su vida en agua salada y parte en agua dulce, y dependen de las áreas de agua salobre como zonas de transición. De hecho, muchos de los mariscos que disfrutamos, como ostras, almejas y cangrejos, crecen en aguas salobres.

 

Pero aquí viene la parte crítica. A pesar de su importancia ecológica, estos ecosistemas están amenazados por la actividad humana. La contaminación, la construcción de diques y presas, y la pérdida de hábitat costero están impactando seriamente a estos hábitats y a las especies que viven en ellos.

 

Así que, aunque puede que nunca hayas oído hablar del agua salobre antes, juega un papel crucial en nuestro planeta. La próxima vez que disfrutes de un plato de mariscos o veas un documental sobre la migración del salmón, recuerda el agua salobre y su papel en la conexión de los mundos de agua dulce y salada. ¡Y piensa en lo que puedes hacer para ayudar a proteger estos ecosistemas tan vitales!

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